Él no miente ni se arrepiente

ÉL NO MIENTE NI SE ARREPIENTE

Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? Número 23:19

Familia buenos días!!!

¿Cuántas veces hemos dudado que Dios obrará en nuestras vidas? ¿Cuántas veces hemos dudado que Él es nuestro refugio y que nos protegerá de todo aquel que quiera hacernos daño?

Abraham tuvo miedo de morir,  y le pidió a su esposa que mintiera y dijera que era su hermana. Biológicsmente era su media hermana ,  pero físicamente era su esposa; así que esa fue una mentira a medias o una pequeña mentira...


Mis hermanos, Dios le había hecho una promesa a Abraham y a su esposa de que en menos de un año, cuando Dios los fuese a visitar, ya Sara tendría a su hijo en los brazos. ¿Será que Abraham no estaba seguro de esta promesa que Dios le dio, que se dejó llevar por el miedo y se nubló su mente para estar seguro que estaba bajo la protección de Dios y que nada le ocurriría?¿Será que Abraham se olvidó de la majestuosidad y poder de Dios?

¿Qué es el miedo?                      Mi hermano, ¿Qué es lo que no te permite avanzar y ver el cumplimiento de las promesas de Dios a tu vida?                          ¿Qué te hace olvidar o dudar de las promesas de Dios? 


 El temor nos paraliza y no nos permite avanzar;  nos deja mudos, no nos permite reaccionar, y aún más si por un momento pensamos que vamos a morir. Mis hermanos, una vez viví  una dura experiencia: para robarnos, uno de los ladrones puso un arma en mi frente y me gritaba que no lo mirara, que me volteara. Estuve allí tan llena de miedo que estaba inmóvil, me sentía en otro lado, todo pasaba en cámara lenta. En ese momento no morí;  ahora, sé y entiendo que he sido escogida, que soy hija del que todo lo puede ,  y soy un propósito de Dios; y por tanto, yo llegaré hasta donde el Señor lo permita, hasta donde me lleve su voluntad, hasta el día que Él cumpla cada una de sus promesas.

Por otro lado, no culpo ni juzgo a Abraham por haber tomado esa decisión de pedirle a su esposa que mintiera, pues no soy quién para hacerlo. Igual, sabemos que Dios no llamó a sus servidores porque eran perfectos,  y no son recordados por sus fallas sino por su amor, entrega y obediencia a Dios. ¡Dios, mira lo que hay en nuestro corazón, y perdona cada una de nuestras ofensas! 

Abraham estaba obedeciendo a Dios y se fue a otras tierras lejanas y desconocidas, así que no era de sorprender que Abraham tuviera miedo al no saber qué esperar ... Pero por el amor y misericordia de Dios, no sólo no fue tocada su esposa, no sólo les salvó la vida, sino que el rey Abimélec les dio animales, esclavos y le puso a sus pies a su país para que él escogiera donde vivir. ¿Te das cuenta que Dios es más grande y que sus misericordias son nuevas cada día? 

Mis hermanos, así como Dios ayudó a Abraham a salir de esa situación tan desesperante, Dios lo va a hacer contigo y conmigo, así que no nos dejemos llevar por el temor y mucho menos olvidar las promesas del Padre, pues Él no miente ni se arrepiente al cumplirlas.

Lorena Díaz