ÉL ES UN CABALLERO
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20
¡Toca, toca! ¿Hijo@, estás allí?
¡Hola!, hoy vengo a comentarte sobre una característica de Papá, Él es omnipotente. Su facilidad por hacer lo que él requiere, está intrínseca en su ser; pero Dios es un caballero, y Él en su infinita paciencia, misericordia y amor , toca a tu puerta y llama con una promesa que va a cumplir, pues su palabra es ley.
Si escuchas su voz o su llamado, abre la puerta , y Él entrará y se sentará contigo; cenará contigo y morará en ti, y tú en Él.
Esta promesa Él la cumple. La forma inicial como muchos hemos abierto esa puerta, ha sido, recitando una pequeña oración llamada “ oración de fe”. Muchos lo hemos hecho con la fe en que Dios nos escucha y atiende, nos acepta, y sobre todo lo hemos hecho sabiendo que, si abrimos la puerta, Él entrará y cenará con nosotros.
¿No conoces esa oración? Te la voy a presentar: son una secuencia de palabras que buscan decirle a Él que tomamos una decisión importante: “abrirle la puerta para que entre".
La oración es la siguiente. Léela en voz alta, para que tus palabras sean escuchadas:
Padre, en este día te doy gracias, y te pido perdón. Perdona mis pecados, los conscientes e inconscientes. Enséñame a seguir constantemente cada uno de tus pasos. Padre, hoy acepto a Jesús, tu hijo, como mi único Señor y mi salvador. Te pido que borres mi nombre del libro de la muerte, y lo escribas en el libro de la vida; séllalo, y no lo borres jamás. Te amo porque tú me amaste primero. Te bendigo. En el nombre de Jesús, te doy gracias Papá. Amén y amén.
¡Eso es todo!
Dios siga llenando tu vida de alegría, paz y amor.
Dios te bendiga, Javier Pertuz
Aleluya, amén.
Amen y amén.
Bendito ese, que se toma tiempo para tocar y tocar, aún cuando le ignoramos. La insatisfacción de la vida, es porque se tiene la inquietud del toque que se escucha en la puerta de nuestro existir, pero no sabemos quién es.
Es tiempo de abrir y dejar entrar al que te trae manjares de bendición. Abre, hazle pasar, siéntate con Él, es más, recueste en su regazo, y recibe, que trae mucho para ti, porque te ama. Por favor abre, mira que está lloviendo...