YO SOY ESA TIERRA
Parábola del sembrador, Marcos 4:1-20.
Estimados hermanos, ¡el Señor los bendiga!.
Cada vez que escucho, leo y medito esta parábola, tiendo a pensar, en qué condición estoy; qué tipo de tierra soy, o si soy cada una de estas en algún momento de mi vida.
Familia, nuestro Padre me lleva a compartirles este abstracto, para que podamos meditar su palabra e identificar en qué momento llegan esas aves, el sol, no damos fruto o en el mejor de los casos, si damos fruto:
Camino: "vinieron las aves del cielo y la comieron = viene Satanás, y quita la Palabra que se sembró en sus corazones".
Pedregales: "salió el sol, que quemó; y porque no tenía raíz, se secó” = los que han oído la Palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tenía raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, luego tropiezan.
Espinos: "se ahogaron, y no dio fruto” = los que oyeron la palabra, pero los afanes de este siglo, y en el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Buena tierra: “dio fruto” = Los que oyen la Palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y al ciento por uno.
Amado Padre, tú eres mi creador; sólo tú sabes mi condición y conoces lo que ha de venir. Permíteme en el nombre de tu amado hijo Jesús, ser entendido (a) y no permitir que lleguen esas aves a robar lo que has depositado en mí, a desaparecer ese gozo que tú sabes dar, a creer en todo estos afanes que tanto desgastan, y poner muchas cosas por encima de ti, evitando ser esos árboles frondosos y lleno de fruto, que dan sombra y dan de comer a quienes necesitan saber de ti. Espíritu Santo, te necesito, ¡amén!
¡Gracias Papá!
Lorena Díaz Castilla
Amén
Cuando escuchamos la parábola del Sembrador, inmediatamente dice nuestra mente que somos la tierra buena, fértil, que da fruto al 100%, en realidad no es así, todos pasamos por ser los pedregales, los espinos y aveces la tierra fértil. Aquí está la razón de ser de las pruebas, ¿Fructificamos en medio de la prueba o...?
No importa lo que hayamos Sido, como pensábamos, como procedimos, Señor fertilizanos, haznos buenas tierras, que fructifiquemos en Tu nombre.
Amennnn