TENTADOS III
Desde que se inventaron las excusas —dice el dicho—, todos quedamos bien. Pues nada más tonto, ignorante e ineficaz frente a la tentación entre los seguidores o discípulos de Cristo. De absolutamente nada sirven las justificaciones delante de Él, puesto que Él mismo, es el que el Padre dispuso como el Cordero que quita, borra el pecado de nosotros los que hemos creído. En su Presencia lo único que nos justifica es ese sacrificio de amor que hizo Cristo y a través de su sangre, se nos otorga el perdón y una nueva oportunidad para seguir adelante y apartarnos de toda mala manera de vivir.
Así que la expresión: «es que él (o ella) es el que me busca y me hace caer» ... ¿Ah?... ¿perdón?, ¿Qué es eso?... ¡Dios mío!... esto me recuerda a Adán: Señor es que la MUJER que tú me diste… o sea los culpables eran Eva y Dios… Así que una expresión como esa, no es admisible entre nosotros los discípulos de Jesús. Es que no puede ser que Ud. o yo digamos semejante frase, habiendo conocido a Cristo… ¡Jehová reprenda al diablo!
Mire si Ud. tiene una lucha en cualquier área —que, por cierto—, no se preocupe en disimular nada que aquí nadie se va a espantar, pues todos estamos luchando con cosas. Jesús, como maestro nos enseñó como vencer la tentación, tal vez de manera tajante, radical les parecerá a muchos; parafraseando dijo: “sáquese el ojo mi hermano, porque es mejor entrar tuerto en la vida eterna que en el infierno completico”. Es decir, el Señor a través de este ejemplo extremo, pretendía disipar toda duda al respecto. Desde luego, no es para tomárselo literal, déjese allí su ojito quieto; pero aparte su mirada de lo que no conviene o le incite al pecado.
En el caso de lo citado arriba, si Ud. se siente atraído por alguien que no es oveja de los prados de nuestro Pastor y Ud. sabe muy bien —sin que necesariamente ningún profeta se levante a decírselo—, que este ser humano le puede llevar a “caer”, entonces cuénteme: ¿para qué le escribe, llama, o chatea?, ¿o intenta atraer su atención? En especial, si esto lo hace a altas horas de la noche que son horas más bien reservadas para vigilar, pero con Jesús. No me venga con la excusa que lo está “evangelizando”. En este caso —yo en particular—, soy partidaria de que se evangelicen personas del mismo género, para evitar conflictos emocionales… perdóneme, pero hay momentos que requieren ser radical, es mejor huir por la vida.
Este es un ejemplo, pero hay muchos; sin embargo, el punto es que uno sabe perfectamente cuando “se está metiendo en camisa de 11 varas”, porque el E.S. que habita en nosotros nos alerta de alguna manera: le palpita el corazón, le da un “sustico”, le saltan las alarmas internas, el S.O.S, warning, dangerous, peligro, le avisan.
Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, Y sobre tus caminos resplandecerá luz (Job 22:28). En lo que nos propongamos hacer, en eso seremos prosperados. Si cuando venga la tentación —que no es que llegue de sopetón, ya que hay un tiempo de reacción—, nosotros nos proponemos no ceder; por poca fuerza que se tenga, el Señor nos echará una mano y nos sostendrá.
“Guerra avisada no mata a soldado” ... A José cuando le llegó la tentación, ya se le había insinuado la mujer en más de una oportunidad, y él huyó, aunque desnudo, pero huyó. Así sea en el último minuto, pero hay espacio para huir; puesto que juntamente con la tentación, hay una salida (1 Corintios 10:13).
Así que mi hermano, cuando te llegue ese día: clama, gime, ora y en especial huye y apártate del mal. Cierra esa página que no debes mirar, sigue de largo de la discoteca o del bar, deja de ver las fotos de ese(a) que te atrae, rechaza el traguito y el engaño: ¿acaso con uno vas a pecar?… etc. Y entonces, recibirás la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman (Santiago 1:12).
Recuerda:
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. (Apoc. 22:12)
Rocío Salas
Amén
Amén amén
Amén 🙌