Muchas veces tratamos de cumplir estándares que el mundo y el hombre inventaron; supuestamente nos darán la felicidad, nos harán sentir plenos o completos, diciendo que simplemente logrando X o Y cosa o título, nos llenará y nos hará felices. Pero resulta que el mayor porcentaje de personas que logran esos “estándares”, siguen sintiéndose vacíos e infelices después de obtener todo eso. Con esto no quiero decir que este mal aspirar a un título profesional, tener bienes materiales, familia; sólo quiero hacerte ver el ¿por qué?
Cumplir con esos patrones, no quiere decir que sea necesariamente el propósito de Dios con ese alguien en particular. Al no cumplirse el propósito (de Dios), seguirá existiendo ese vacío interno. Dios nos creó para glorificarle, y lo glorificamos haciendo lo que Él nos manda a hacer, no lo que nosotros queremos hacer.
Para llegar a conocer ese propósito, necesitamos buscar al que sí lo conoce; pues Él nos creó y no nosotros a nosotros mismos (Sal. 100:3), Él nos escogió desde antes que fuésemos formados (Jer. 1:5, Sal. 139:16) Él conoce todo de nosotros (Luc. 12:7), y nos hizo a su imagen y semejanza (Gén. 1:26).
Nuestra tarea es preguntarle a Él, a nuestro creador: ¿para qué nos creó?, ¿cuál es nuestro propósito? Seguramente muchos de los que están leyendo, no tienen ni idea de cuál es. Tal vez, algunos someramente lo sepan y otros pocos, tendrán seguridad de ese propósito. Para estos casos hay una respuesta:
Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. Romanos 9:17
Dios nos creó para que por medio nuestro se muestre su poder, y para que anunciemos su nombre; pero para anunciar su nombre, debemos conocerlo primero , y esto lo logramos por medio de su palabra:
Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. Efesios 1:4-6
Para que seamos santos y sin mancha delante de Él, y nos hizo HIJOS por medio de la fe en Cristo, de creer, en Jesús y para anunciar las buenas nuevas de salvación a todo el mundo. Isaías 61
Con amor, Pierina González Vargas
Amén, amén
Amén
Amén y amén