Saca tu dolor, perdona
- DevocionalesICBN
- 3 abr 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 abr 2022

En varias ocasiones escuchamos a personas decir: ¿yo? ¡No, yo no tengo falta de perdón! , O “¡yo no, yo no le he hecho nada a nadie!”, olvidándonos de la escritura: Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Marcos 10:18
Hoy, les comparto un ejemplo de perdón. Se trata de la historia de José, el menor de 11 hermanos, quien fue vendido en Egipto; allí estuvo en la cárcel un tiempo. Luego, Dios lo sacó y lo colocó como gobernador de ese país a causa de siete años de hambre que se aproximaban en toda la tierra. José, pasó muchos años fuera de su casa, privado de recibir un abrazo de su padre, una cena familiar, estar con sus amigos y con los de su tierra. Llega el momento, en que él está frente a frente con sus hermanos, y viene ese recuerdo doloroso para él: ¡fue vendido por sus hermanos! El dolor actúa buscando una venganza, los trató de espías, colocó en sus costales el dinero que ya ellos le habían pagado y puso también la copa de plata. ¿Por qué? Porque cuando hay una herida, entra el dolor; y de la misma manera que entra, debe de salir. Muchas veces lo hacemos buscando herir a otros, porque el que está herido, hiere; pero el antídoto que el Señor nos dejó, es perdonar.
José escucha el arrepentimiento de sus hermanos: Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia (Gen. 42: 21). Es necesario, que haya un arrepentimiento genuino y esto se da, cuando el que hiere, realmente le duele lo que causó, por eso ellos pudieron sentir angustia. Una vez que reconocieron y se arrepintieron, José: se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón (Gen. 45:2). Porque de la misma manera que entró el dolor, él sale. José fue libre a través de las lágrimas y de los gritos y allí es reconciliado con sus hermanos. El perdón, trajo la preservación de vida de su familia.
¿Realmente sí te dolió la herida que causaste?, porque de no ser así, estás expuesto(a) a volverlo a hacer.
¿Qué has intentado resolver en tus fuerzas? ¿Perdonaste la traición, o aún te duele cuando lo recuerdas?
Hoy, decide por ti una nueva vida, purifica tu corazón y verás grandes cosas suceder.
Ingrid Margarita Salas








Amén amén, me gozo con tu mensaje Padre. Se que aún me falta mucho por perdonar, pero lo importante es que lo reconozco y estoy trabajando en ello, agarradita de tu mano!!! Gracias Papito lindo, la gloria y la honra sean para ti. Bello!!!
Amén aleluya ayudame cada día amado mio a perdonar y a no dejar dañar mi corazón..
Amén. Nada más difícil que perdonar ; nada mas sanador que hacerlo !!