Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande? Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti. 2 Crónicas 1:10-12
En esta historia bíblica, Dios le concede al rey Salomón sabiduría y ciencia, y por cuanto pidió esto de corazón, le añadió riquezas, bienes y glorias.
Salomón, siendo un rey joven, pudo haber pedido cualquier otra cosa, lo que él quisiera, como por ejemplo: largura de vida, que cayeran sus adversarios o simplemente tesoros; pero él pidió algo más importante que lo llevaría a cumplir el propósito de Dios en él: gobernar con entendimiento a su pueblo.
La sabiduría no es sólo cuestión de tener conocimiento, sino de administrar el conocimiento conforme a la intención de Dios. No se limita a edad, género, oportunidades de educación ni recursos económicos.
La palabra de Dios dice que, “el principio de la sabiduría es el temor de señor” (Proverbios 1:7a), y el aborrecer el mal. Por ello, si haces la voluntad de Dios y cumples con sus mandamientos, obtendrás la promesa de ser sabio.
Dios le da la sabiduría a todo el que la pide, así que puedes empezar a ser sabio leyendo y escuchando la palabra, pero lo serías aún más, si la pones en práctica.
Fairuth Robles
Amén amén 🙌
Amén. Regálanos mucha sabiduría