NO ESCONDAS NADA, LLÉVALE AL PADRE TUS PIEZAS ROTAS
Oh Señor, Dios de mi salvación, a ti clamo de día, a ti clamo de noche. Oye ahora mi oración; escucha mi clamor, mi vida está llena de dificultades y la muerte se acerca, estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. Salmos 88:1-4 (NTV)
Hermanos, parece mentira estar leyendo estas palabras. Yo personalmente, no imaginaba que el Salmista había pasado por un momento de tanta angustia, de tanta desesperación, de tanta tribulación. Hemos leído muchos Salmos donde se expresa adoración a Dios, agradecimiento, y la mayoría son cánticos de esperanza. Pero este Salmo nos muestra una realidad: la parte humana del Salmista. Aquí derramó su alma delante de Dios, fue sincero al expresar lo que sentía; no lo acomodó, no lo disfrazó, ni lo maquilló, se expresó tal cual como se sentía.
Hoy, sólo quiero decirte que a través de este Salmo vemos que a Hemán “el ezraíta”, le sucedió lo mismo que a ti y a mí. Este Salmo refleja lo que muchas veces nos sucede cuando nos sentimos derrotados sin encontrar explicación, abandonados por todos, por nuestros amigos y familiares. Dios permitió que este Salmo quedara escrito para mostrarnos que Él conoce todo lo que nos pasa. Él conoce perfectamente esos sentimientos que se apoderan de nosotros;por lo tanto, no es necesario hacernos los fuertes, los valientes, ni mentirle a Dios aparentando que todo está bien. No, eso no es necesario.
Sé sincero con el Padre cuando estés en angustia, porque Él ya lo sabe. Él sólo espera que tú se lo cuentes, que le abras tu corazón, que te sinceres con Él; que le lleves a su presencia en intimidad tus piezas rotas para que pueda unirlas de nuevo.
Olivia De Lima Caballero
Amenn
Amén,
Amén, al Señor le.guata que nos presentemos ante El, sin filtro.
Amen
Amén. Él sólo espera que lo busquemos, Y siempre está esperando por nosotros