Pelea por tu botín

PELEA POR TU BOTÍN

¿Cuántas batallas has tenido que enfrentar? 
¿Infidelidad, economía, enfermedad, depresión…? 
¿Cuál ha sido el resultado de tus batallas?

Conocemos a un hombre que fue preparado en el campo, y con las bestias y las fieras peleaba; era el hijo menor de su casa: David. Desde muy joven tuvo que enfrentar múltiples batallas.  El éxito de David, para lograr la victoria en sus batallas,  era consultarle a Dios si debía pelear o no: 

“Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Iré a atacar a estos filisteos? Y Jehová respondió a David: Ve, ataca a los filisteos, y libra a Keila”.                          1 Sam. 23:2

No sólo Dios dice cuándo debes pelear, sino también cómo hacerlo. Sólo Él puede darte la estrategia, para que puedas salir triunfante:  

“Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar”. Jueces 7: 7

¿Quién se podría imaginar que con tan sólo 300 hombres, podrían enfrentarse al ejército de los madianitas y amalecitas, los cuales estaban tendidos como langostas en multitud y sus camellos eran innumerables como la arena del mar? Sólo con un Dios poderoso que muestra lo inimaginable y un corazón confiado se puede lograr vencer nuestras luchas; porque finalmente es de Dios dar la victoria, y es para Dios llevarse la gloria. 

Después hubo otra guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro por todos; y también era descendiente de los gigantes. Este desafió a Israel, y lo mató Jonatán, hijo de Simea hermano de David.  2 Samuel 21:20 Aún para vencer al gigante ─o lo que piensas que es muy grande─, el mismo Dios te dará la fuerza para hacerlo. 

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Jn. 15:5 
Aférrate a Dios, búscalo sin cansarte, enamórate de Él y haz que Él esté presente: en tu mente, en tus planes y proyectos. Involúcralo por completo en tu vida, de manera que eso que aún no has podido vencer, Él te dirá cómo hacerlo.

"Los hombres del ejército habían tomado botín cada uno para sí. Recibieron, pues, Moisés y el sacerdote Eleazar el oro de los jefes de millares y de centenas, y lo trajeron al tabernáculo de reunión, por memoria de los hijos de Israel delante de Jehová". Números 31:53-54  
Al final de cada batalla, siempre habrá un botín que recoger. ¿Cuál es el tuyo?:
¿La restauración de tu hogar? 
¿El pago de tus deudas? 
¿Sanidad de una enfermedad? 
¿Conversión de tu familia?
¿El regreso de un ser querido?
¡Recobra ánimo! Quien está contigo es el poderoso de Israel: el que nunca ha perdido una batalla, el que te da las fuerzas para vencer, el que abre camino donde no hay. 

¡Anda, corre a su presencia!, porque es allí donde hallarás oportuno socorro. ¡Pelea por tu botín!
 
Con amor,  Ingrid Salas