Ofrendas
- DevocionalesICBN
- 12 feb 2022
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Actualizado: 12 mar 2022

¿Alguna vez le pasó, que alguien le llevó un “regalo” pero a usted le hizo sentir mal, humillado, o despreciado? Si no le pasó nunca, hagamos el ejercicio mental, poniéndonos en lugar de alguien que pide en la calle por necesidad y lo que se supone es un acto de compasión, un "regalo", algunos lo dan de mala gana, en plan : “ no fastidies”.
Ahora, póngase "en el lugar de Dios": se presenta alguien con un regalo cuál niño regañado, llevando "cualquier cosa" para medio cumplir y que le dejen entrar a la fiesta. Pues algo así pasó con la primera ofrenda. De acuerdo a cierta tradición, Caín llevó lo que se encontró por ahí, de las frutas en el suelo; es decir, no escogió lo mejor como lo hizo Abel… no supo presentar un regalo a Dios a la altura. ¿Ud. cómo habría reaccionado? ¿Le habría gustado? Pues el ofendido resultó ser Caín; no se arrepintió, sino que mató a su hermano y mantuvo su rencor por "generaciones", según lo vemos en Lamec: “si Caín será vengado 7 veces, Lamec ciertamente 70 veces 7” ; es decir, elevó exponencialmente su deseo de venganza. ¡Todo esto a causa de una ofrenda!
Probablemente por eso, haciendo eco de esto, Jesús dijo: “si sabes que un hermano tiene algo en contra tuya y tienes una ofrenda que presentar, primero ponte en paz con tu hermano “(Mateo 5:23-24). Claro, viendo todos estos resultados a causa de la raíz de orgullo y maldad, Dios toma medidas y opta por el camino de enseñar a su pueblo a ofrendar; así como un padre enseña a su niño pequeño a comportarse, y cómo hacer las cosas, corrigiéndolo cuando es preciso. Le da todo el "aeiou" mientras transita por el desierto con Él.
Ninguna ofrenda que ofreciereis a Jehová será con levadura; porque de ninguna cosa leuda, ni de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para Jehová. Levítico 2:11
En el libro de Levítico, encontramos como le habla amplia y detalladamente a su hijo primogénito —Israel—, acerca de las ofrendas: qué presentar, cuándo, por qué, para qué y de qué forma. Dejando de momento a un lado el paralelismo con Cristo, y que aquello era la sombra de lo que habría de venir, debemos entender que Dios nos ha enseñado todas las cosas, nos ha mostrado que le gusta y que le disgusta. No es hacer las cosas por hacerlas, sino que nos ha enseñado a hacerlas con excelencia; que es bajo la dirección de su Santo Espíritu, sin levadura, sin corrupción, sin la influencia del mundo.
Es un honor presentar ofrendas a Dios; todo es de Él y de lo recibido de su mano damos (1 Cron. 29:14), sabiendo que es más grande dar que recibir (Hc 20:35), demos con un corazón correcto: con alegría, amor, bondad y fe. Unámonos a la fiesta de la generosidad, de compartir los bienes recibidos inmerecidamente y entonces nos vamos a parecer más a nuestro Padre que ha dado con gran abundancia y diversidad de sí sobre esta Tierra, aún al punto de dar su ofrenda de amor más grande: su propio Hijo, Cristo.
Rocío Salas Ariza








Cuando amamos, nos esmeramos en que nuestros hechos sean la manifestación material de esa decisión, de la necesidad que hay en honrar, exaltar, agradar y hacer sentir al amado cuan grande y especial es para nosotros. Piensa por un instante en tu hijo (si eres madre o padre) en todo lo que quieres hacer para celebrar su primer cumpleaños; a lo que quisieras hacer para tu mamá en un día de la madre; por tu Patria cuando estás en otra nación; o por ese o esa novio(a) de la adolescencia. Cuando amamos realmente, al amado, solo queremos darle lo mejor, y a Dios aunque no lo veamos de nuestra parte, siempre debe ser lo mejor de todo, porque de él…