No te daré nada que no me cueste

NO TE DARÉ NADA QUE NO ME CUESTE

“Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.”                 2 Samuel 24:24-25

Dios no da migajas ni sobras, y nosotros fuimos creados a su imagen y semejanza; por tal motivo, nosotros no podemos dar lo que nos sobra. Él quiere lo que nos cuesta, así sea algo que Él te haya prometido. Lo vivió Abraham, lo experimentó Job, lo vivió David. Todos ellos fueron hombres con corazones entendidos que aceptaron la voluntad de Dios y se movieron en obediencia. La obediencia es nuestra mejor adoración, nuestra mejor ofrenda. ¿Tú quieres darle una ofrenda a Dios? Dale lo que te cuesta. 

Una mujer pecadora, con una reputación por debajo del piso, sepultada por el señalamiento, derramó un perfume de gran precio; derramó su corazón a los pies de Jesús y presentó allí ofrenda de paz, porque entendió que en Jesús el rechazo no existe; y a causa de su adoración, de su ofrenda, de su corazón generoso, recibió el perdón, y la plaga del señalamiento cesó.
“De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella.” Marcos 14:9. 

¿Quieres una cosecha libre de plagas? Esfuérzate y da lo mejor. No importa lo que digan de ti, porque absolutamente nadie puede juzgar tus acciones. Sólo Jesús conoce tus verdaderas intenciones. 

Tarea: aviva tu altar, recibe en el Espíritu y toca el corazón del Padre. El hará el resto.

Jehová Shalom te llene con su paz.

Te bendigo, Elías Ariza