NO TE AUTOPROCLAMES
La ausencia del conocimiento del Creador del Universo, hace que el ser humano cometa muchos errores, uno de ellos es buscar la autopromoción.
Adonías ─un hijo muy apuesto del rey David─, al ver que su padre ya era muy anciano, decidió autoproclamarse rey. Buscó un grupo de personas que lo aprobara y ofreció el sacrificio que normalmente se ofrece antes de ser rey (1 Reyes 1:5-7). Él sabía los pasos que debía seguir para ser rey, pero le faltaba lo más importante: LA APROBACIÓN DEL REY DE REYES.
El saber cómo se hace algo, o como se llega a conseguir ese algo, no quiere decir que sea legítimo o que lo debas hacer. Adonías no entendía que en todo reino hay jerarquías, y que para tener autoridad, primeramente él debía someterse a una.
El afán por lograr las cosas en nuestras propias fuerzas, nos puede desviar del propósito que Dios tiene para nosotros y puede conducirnos a nuestra propia muerte. A Adonías le tocó ver, cómo su hermano Salomón fue proclamado rey, por el Rey, cuando él ya se creía un rey.
No podemos “heredar” algo que no nos pertenece y no debemos buscar a las personas que creamos convenientes para alcanzarlo. Es el Señor, el que quita y pone todo lo que deba quitar y poner.
Con amor,
Natalia Torres
Aleluya!!!!
Amén. Que sea Él quien quita y quien pone.
Amén
Amennn