NO ABANDONES LA BATALLA
Paradójicamente, cuando perdemos una batalla o estamos en el peor punto de la tribulación, es cuando solemos invocar el nombre de Jesús y le llamamos para que venga en nuestra ayuda. Sin lugar a dudas, ¡Él viene!, acude a nuestro llamado. Muchas veces, no para darnos la victoria; sino para que aprendamos de ella.
Cuando la presencia de Dios va de continuo con nosotros, nuestras batallas son más llevaderas y nuestro triunfo es inminente ante el adversario. Ellos temerán, porque saben que no hay nadie más poderoso que Dios y su justicia.
Pero, cuando no cuidamos el arca de la presencia de Dios, y atentamos contra ella en pecado, el Señor da a nuestros enemigos, toda la ventaja para ganar.
En 1 de Samuel 4:2-18 lo vemos. Esta derrota fue muy dolorosa para Eli, por cuanto era juez. Sus dos hijos mueren, pero hay algo que le duele más en el espíritu, y es saber que el arca había sido tomada por los filisteos; tanto así que murió instantáneamente. Dice la palabra que cayó de una silla y se "quebró la cerviz" (señal de humillación, de doblegarse ante Dios). Una persona de dura de cerviz es orgullosa, altiva.
Con esto concluyo, que aquel que vive en la presencia de Dios, su gloria permanecerá en él; pero si la rechaza, es traspasada su gloria a otros.
Fairuth Robles Calderón
Yorumlar