Mi único gigante eres tú mi Dios

"Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?" Números 14:11

Buenos días familia, bendiciones.

Y una vez más se alzó el pueblo de Israel contra Jehová y murmuraron, luego que los doce espías enviados por Moisés, reconocieran por cuarenta días la tierra de Canaán y vieran que era tierra de gigantes; sí, eso fue lo que puso velos entre sus ojos y llegó la incredulidad en ellos. No se llenaron de esperanza y fe al saber que era la tierra donde brotaba leche y miel, que era tierra fértil, sino que se debilitaron, se angustiaron y su fe flaqueó al saber quiénes habitaban en esa tierra prometida. 

Sí , familia, somos seres imperfectos y Dios lo sabe; Él es nuestro creador y conoce lo que hay en cada uno de nuestros corazones. ¿Pero qué hay de todos los milagros y promesas que Él ha hecho a nuestras vidas, de esos testimonios que escuchamos de nuestros hermanos? 

¿Por qué al momento que llega una adversidad a nuestra vida, lo que vemos son esos gigantes y no lo bueno que trae consigo esa prueba? ¿Por qué no nos acordamos de cada milagro hecho por nuestro Padre, y que recordarlos nos sirvan para darnos fuerzas y seguir avanzando? ¿Por qué creemos más en nuestra memoria secular que es de corto plazo, y no le pedimos a Dios que fortalezca nuestra memoria espiritual, nuestra fe? 

Mis hermanos, Dios no quitará esos gigantes de nuestra vida; estos, tienen que ser enfrentados y derribados por nosotros, sabiendo que nuestro Padre nos dará la victoria; así que dejemos de murmurar, y lo que debemos hacer es clamar a Dios por su ayuda y protección para vencerlos. Recuerda que, si ya lo hizo una vez, lo hará una vez más; pero sólo si disponemos nuestros corazones, si le obedecemos, si lo amamos de verdad, y si nuestra fe se fortalece con cada prueba y no mengua de acuerdo a nuestras emociones o al tamaño de nuestros gigantes. No alarguemos el cumplimiento de nuestras promesas sólo por el miedo y temor. Que nuestra confianza en el Señor sea más fuerte que estos miedos. 

Padre Todopoderoso, te pedimos seas lento a la ira y grande en misericordia; ten piedad de nosotros, ayúdanos a confiar en ti cada día más, sin importar las circunstancias, y que seas tú nuestro único gigante ¡Amén!

Lorena Díaz Castilla