MI PROPIA MUERTE
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20
El negarme a mí mismo para hacer la voluntad del Padre, significa morir a mi “yo”, solamente para que Cristo viva en mí.
El mayor ejemplo de morir a nuestros propios planes fue, ha sido y será Jesús. Antes de morir dijo: “Padre pasa de mí esta copa, que no se haga lo que yo quiero, sino que se haga tu voluntad”. El sometimiento a Dios implica morir a todo lo que hay en mí y que no va acorde al diseño de Dios en mi vida. Desde el momento que yo le entregué mi vida a Él, reconociendo que Él dio su vida por mí, que yo le pertenezco y por ende que su voluntad debe ser la prioridad en lo que yo soy.
Mi Oración junto contigo es: Padre amado, gracias por entregar a tu hijo por mí; hoy, quiero pedirte en el nombre de Jesús que me ayudes, así como lo hiciste con el Apóstol Pablo que, aunque experimentó el sufrimiento de seguirte a ti, murió a si mismo con tal de agradarte. Hoy quiero seguir en la determinación de morir a lo que no es tuyo para que tú vivas más y más en mí.
Te bendigo, Elías Ariza
Aleluya
Ameeeeen ya no vivo yo, más Cristo vive en mi, que esto sea una realidad en nuestras vidas!
Amén amén mi Dios, vive, vive más y más en mi!!!!