LO QUE BUSCAMOS Y LO QUE ENCONTRAMOS
Buenos días iglesia, inició estas líneas trayendo un refrán que poco habla de fe a primera vista, pero es lo que ilumina desde el bagaje popular: “Una cosa piensa...”
Las circunstancias que afrontamos, son las que nos impulsan a buscar inicialmente de Dios; son situaciones que queremos superar, las usadas por Él para que nos le acerquemos, comencemos a conocerlo y por qué no, a amarlo. Es así que se nos viene a la memoria, que el único que podría resolverlo es Dios, de tal manera que en despliegue de esos razonamientos orientados a conseguir soluciones (entre menos se demore mejor), resulta que tiene toda la aplicación el viejo refrán arriba mencionado, porque una cosa es lo que buscamos que Dios nos resuelva, y otra lo que nos muestra su Palabra; dado que, ante situaciones complejas, decisiones certeras.
Leyendo la 1a. Carta de Juan he entendido esto, puesto que las soluciones que buscamos son para resolver afanes del mundo, pero algo distinto vamos descubriendo en la espera, en la búsqueda. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
1 Juan 2:15-17, nos damos de frente con que, su propósito va más allá del momento. Él nos ve desde la eternidad, y nosotros leemos la vida desde la inmediatez de lo presente. Su propósito va mucho más allá, apunta a que trascendamos y seamos instrumentos Suyo para transformar vidas desde Su amor.
Mateo 6: 33 bien lo expresa: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás os llegará por añadidura”. A diferencia nuestra, Él nos amó primero, ahora espera que lo descubramos y atesoremos lo permanente para siempre en la eternidad. Así que benditas las necesidades que nos han conducido a la fuente de todo.
Disfruta del tesoro que has hallado.
Edgardo Pabón Miranda
Amén
Amen