LAS MURALLAS
Buenos días iglesia, cuando llegamos a la ciudad de Cartagena-Colombia, enseguida nos encontramos con un sistema de murallas que encierran lo que entonces era la ciudad, la cual en ese momento querían proteger de sus adversarios.
En el ejercicio del ministerio de la enseñanza he encontrado una fortaleza que blinda a las personas de la entrada efectiva de la Palabra de Dios a sus vidas, es una especie de muro que lo sitia, fue instalado en nosotros por la tradición religiosa, para obstruir.
La religión es un conjunto de comportamientos del hombre que hace repetidamente como fórmula para acercarse a Dios, son prácticas y esfuerzos humanos creados e impuestos a la multitud bajo la premisa, de que así llegamos a Dios.
Esas murallas están muy arraigadas en nosotros y es la barrera inicial para evitar que ingrese el adversario a la vida del creyente, que paradójicamente en este caso es el mismo Dios.
Esos muros están fortificados, aunque no lo creamos están asegurando mediante pensamientos arraigados un alto nivel de dificultades para que la salvación alcance vidas; porque mis hermanos, no se trata de entablar una amistad con Dios para que sea nuestro "Aladino particular" y que nos conceda deseos que satisfacen nuestras expectativas y pare de contar, viviendo normal, llevando una vida cómoda y placentera. En Dios no es así, el primer muro es esa equivocación.
Nunca olvidemos que Él por amor al mundo, ha enviado a su Hijo, para que todo el que crea en Él se salve y no se pierda, para que esté eternamente disfrutando de su bendición, de su presencia.
Ese muro, son las fortalezas mentales, porque el príncipe de las potestades del aire ha penetrado tanto a la humanidad que nos ha rodeado, asegurándonos para sí, con una vida llena de pecado, de egoísmo, orgullo, robos, defraudaciones; sin preocupaciones, haciéndonos creer que "el que peca y reza, empata"; Creemos que podemos pecar toda la semana, el domingo ir al templo, rezar y listo, estamos autorizados para continuar igualitos, sin freno, dándole satisfacción a nuestro ego, la carne al mundo y a quien lo rige.
La misión de la iglesia es llevar almas a los pies de Cristo, ésta es una organización sobrenatural que muestra el poder Dios en la tierra, que enseña, prepara y repara al hombre para que tenga una vida nueva y abundante.
Recibe con apertura las enseñanzas que te da de parte de Cristo, porque escrito está:
"Volvió, pues, Jesús a decirles: de cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas". Juan 10:7-11.
De esa fortaleza mental, sal por LA PUERTA. Tú no naciste para pecar y morir, sino para vivir abundantemente, en bendición y por siempre al lado de Jehová y del Cristo que murió por ti, el mismo que resucitó y está intercediendo y preparando morada para nosotros en la casa del Padre.
La muralla que nos corresponde a los creyentes llamados a ser discípulos de Cristo, es la de la nueva Jerusalén, dónde seremos con los apóstoles, las zapatas de su cimiento (averigua de qué están hechas esas zapatas).
Edgardo Pabón Miranda
Amén
Amén amén