Las generaciones

LAS GENERACIONES

Buenos días iglesia. Hay cosas que permanecen, y por ellas pasan varias generaciones. Somos llamados a jugar un determinado papel en nuestro tiempo.

Esta semana tuve el privilegio de ver y saludarme con hermanos de la fe, que cuando llegué a I.C.B.N., ya estaban ahí, eran los que iban adelante abriendo el camino por donde ahora transitamos, esos que hacían las cosas desde la nada, los que forjaron con su oración y trabajo, lo poco o lo mucho que nuestra iglesia local es hoy.

Fui recibido en la puerta por una hermana que tiene su lugar especial en mi corazón, la vi más madura en la fe. Al verme exclamó: ¡Gracias Padre, porque vienen del norte, del sur, del este y de oeste; llegan uno a uno de todos los lados, los hijos espirituales concebidos en la oración, por los que hemos intercedido día a día, gracias porque siguen llegando!. Cuando me abrazó con ternura materna, espiritualmente me transmitió esa complacencia en el Señor, de ver como sentía como la participación de su generación en la obra del Señor no ha sido en vano, por el contrario que se sigue fructificando, porque los que recibimos a través de ellos, ahora nos presentamos, con los que continuarán dinamizando la obra.

“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones”. Génesis 17:1-9.

Aunque parezca lo que parezca, nuestro tiempo llega; nuevas generaciones también vendrán y harán.

Los que hemos sido llamados, escogidos y apartados por el Señor, recibimos una asignación que se ejecuta en el tiempo que Él ha indicado. Somos resultado de generaciones anteriores que hicieron posible que hoy estemos sirviendo, trayendo a los pies del Señor nuevas generaciones, quienes desde su rol, continuarán la obra de Cristo, quien es la cabeza de la Iglesia.

“¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. 1 Corintios 3:5-11

Generaciones de Reino que continuamos la obra del Rey de Reyes y Señor de Señores. A los que van adelante, gracias; a los actuales, gracias;  a los que vienen y vendrán, ánimo. Todos unánimes en el Señor, porque ¡Cristo viene pronto!.

Edgardo Pabón Miranda