LA PROMESA DEL PERDÓN
Perdonar, generalmente consiste en disculpar a alguien por la ofensa cometida. Sin embargo, el perdón conlleva a una acción y sentimiento más profundo, como el de la liberación de la persona que cometió el error, y de quien perdona, porque muchas veces aceptamos las disculpas de la otra parte pero internamente no lo hemos hecho.
Y esto es lo que sucede con el Padre. Nos pasa que al pecar, nos arrepentimos y pedimos perdón, pero no lo aceptamos; a veces no recordamos que hemos sido perdonados, y la culpa sigue en nosotros.
Otras veces pedimos perdón, pero volvemos a caer en tentación, y pecamos de la misma forma; entonces viene el pensamiento de que no merecemos ser perdonados. ¿Pero qué pasa allí? ¿Será que no merecemos ese perdón? Porque… ¿adivina quién te ha dicho esa mentira? Satanás. ¡Sí! Esos pensamientos que crees que son tuyos, son de él; es él , jugando con tu mente para alejarte de Dios y de la Verdad; porque recuerda que, por algo le dicen el “Padre de la mentira” (Juan 8:44).
Así que hermano (a), te invito a orar por eso que sientes que vuelves a hacer repetidamente. No te dejes engañar, más bien, pide perdón y perdónate, que el Señor ya lo ha hecho.
“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah” Salmos 32:5.
Recuerda que: "El Señor tu Dios es compasivo y misericordioso. Si te vuelves a él, jamás te abandonará” 2 Crónicas 30:9 (NVI).
Gina Atunes
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