La paz

LA PAZ

¿Qué es la paz? La paz puede ser la ausencia de guerra; la relación de armonía entre las personas; la sensación de descanso cuando no te sientes intranquilo/a ni perturbado/a por nada; cuando no hay ruido alguno, sino silencio.

Sin embargo, cuando hablamos de paz en el campo espiritual, esta es aún más, es plenitud.

La paz es un fruto del Espíritu Santo y por eso, el Señor nos la presenta de tres maneras:

Paz con Dios: esta paz es obtenida a través de Jesús cuando creemos en Él y en su gran sacrificio por nosotros.

"Porque Cristo es nuestra paz: de los dos pueblos ha hecho uno solo, derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba".  Efésios 2:14.

Paz con nosotros: se refiere a reconciliarnos con nosotros mismos, a deshacernos de lo viejo (mundo) y revestirnos de lo nuevo (Jesús); para vivir una vida integra guiada por Dios. Cuando nos mantenemos cerca de Él en todos los sentidos, leyendo la palabra, asistiendo y  escuchando los encuentros, orando, alabando, obedeciendo, etc, Jesús se convierte en nuestra paz interior. Cuando mantenemos acciones y pensamientos puros, además de  bautizarnos, recibimos esa paz proveniente del Padre a través de su Espíritu Santo, y nos sentimos plenos:
                                                                   
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” Juan 14:27. 

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús". Filipenses 4:6-7

Paz con los demás: cuando tenemos a Jesús en nuestros corazones, Él nos concede el Ministerio de la reconciliación y vivimos en paz con los demás 
"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;" 2 Corintios 5:18.

"Porque a Dios le agradó habitar en Cristo con toda su plenitud y por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las de la tierra como las del cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.” Colosenses 1:19-20.

Por medio del Espíritu Santo, el Señor nos impulsa a ser pacificadores con nuestros vecinos, compañeros, conocidos, amigos y enemigos (Efésios 4:3) para que podamos vivir en unidad. 

Todos queremos vivir en paz, así que dediquémonos a buscar la paz y hacer esa paz, y la paz será.  

Ten presente que, la paz no es de ratos, la paz es siempre, la paz es Dios. 2 Tesalonicenses 3:16

Con fe y devoción, Gina Atunes