LA FELICIDAD
Los seres humanos por naturaleza aspiran alcanzar la felicidad (estado de satisfacción y bienestar donde una persona se siente bien consigo mismo/a y con los demás). Sin embargo, las personas desafortunadamente buscan la felicidad en lugares, cosas y personas; dicen: “quiero volver a.…donde fui feliz”, “es que comprar/comer...me hace feliz”, “es que sin él / ella no soy nada”; y es allí donde está el error. Cuando Dios no es tu todo, es cuando aparecen los vacíos. Sin importar lo que hagas o con quien estés, nada te llena, y los momentos de felicidad son efímeros; no logras avanzar, te incomodas, te deprimes y no eres feliz.
Tu felicidad no puede depender de algo o de alguien; tu felicidad debe ser Dios.
“Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” Salmos 16:11
Él es quien siempre está en todo momento, en todo lugar, y nunca se irá. Adicionalmente, nada de lo que da es finito, porque su amor por ti es inagotable.
Búscalo y ora sin cesar porque Él está a la espera de que lo invites a hacer parte de cada momento de tu vida; a que dirijas cada uno de tus pensamientos a Él y creas. Con Él no hay vacíos, sino: amor, perdón, calidez, esperanza, paz, vida, felicidad.
“Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa” Juan 16:24 NVI.
Así que, ¿qué estás esperando para ser feliz?
Gina Atunes
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