La calidad de lo que le das a Dios

Buenos días iglesia. Abro mi corazón para compartir contigo lo que por Gracia el Señor me ha revelado en medio de la predicación hecha en un ayuno congregacional de nuestra iglesia.

"Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?" Génesis 4:1-6

¿Qué y de qué calidad es lo que estás ofrendando al Señor?
¿De lo que te queda, o de lo primero y de lo mejor?
¿Qué tiempo le estás entregando a Él? 
¿Cuándo le sirves, por qué y cómo lo estás haciendo? 
¿Lo estás reflejando ante el mundo como Él te está formando o sigues mostrándote igual?

Abel le ofrendó a Jehová de lo primero que recibió, de las primeras y de las mejores crías, de los animales más gordos, de lo que por Gracia había recibido, de eso le ofrendó; Caín en efecto presento una ofrenda de lo que tenía, alguna porción cualquiera; la Biblia registra esa sola ofrenda de parte del segundo hijo de Adán y Eva, claro, no tuvo posibilidad de ofrendar nuevamente, pero esa fue tan trascendental, que miles de años después seguimos hablando de esa bendecida ofrenda que conserva su validez y muchas enseñanzas. Dice la Palabra "De que que nos sirve ganar la vida si perdemos el alma", Caín mató al que agradó a Dios con su decisión de darle al Supremo LO MEJOR DE LO MEJOR, pero... verás las adversidades que obtuvo por el fratricidio cometido, y que pesar, todo por envidia, ante una decisión de honrar a Dios.

Aquel que da a Elohim migajas, limosnas, lo trata como a limosnero; a lo mejor recibe como le da. ¿Es tu Dios un limosnero, así lo concibes?
A Dios consagra lo mejor, no las sobras. Recuerda que Él ve los pensamientos y escudriña las intenciones del corazón.
Tú sabes que te estoy hablando de todo de ti para Él, no sólo de ofrendas económicas.

Salomón el rey de Israel, se presentó con mil holocaustos y propició que Dios le dijera: "Pídeme lo que quieras".

Él sigue renovando nuestro entendimiento. 

Edgardo Pabón