Fábulas II

FABULAS II

…Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.  Mateo 24:3-6

Desde que Jesús como profeta anunció el “fin del siglo”, especulaciones sobre cómo y cuándo sería esto empezaron a plantearse por “eruditos”. Para 1844  muchos seguidores del grupo religioso estadounidense “millerista” (Adventistas del 7° día), por medio de estudios de cronologías de la Biblia, concluyeron que Jesucristo vendría; no se dio como se esperaba, lo cual obviamente afectó la confianza de muchos, un gran número abandonó el grupo y probablemente su fe. Fue tan estrepitoso este acontecimiento, que fue denominado: “El Gran Chasco”.  

Para  1891 o antes, según Joseph Smith (mormón) se daría el Armagedón. En 1910, con el paso del cometa Halley,  el pánico se apoderó de muchos ya que un “baño de gas mortal” afectaría el mundo. Con el cometa Hale-Bopp pasó otro tanto, esta vez un grupo (Heaven's Gate) advertía sobre el fin del mundo, llevándolos al suicidio. Para el año 2000, se especulaba con un “holocausto nuclear” y el deshielo de la Antártida que conducirían a un desastre mundial. ¿Qué decir del 2012?, que hasta una película tiene. Hace poco mas de 1 año,  los protagonistas fueron un grupo del corregimiento de Isabel López, de la Iglesia Cristiana Berea, que para el 28 de enero esperaban el retorno de Cristo. 

Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.  Mateo 24:36

¿Qué parte de “NADIE” no entendemos?  Fábulas y más fábulas que no hacen sino generar pánico en unos, temores en otros. Hermanos, no tenemos por qué dejarnos sugestionar con rumores y engaños, cuyo único objetivo es derribar la fe. No perezcamos por falta de conocimiento y tengamos en cuenta que para cuando Él venga, —como ladrón en la noche—, debemos estar preparados. Al igual que las vírgenes prudentes, que aunque se cabecearon y durmieron tenían aceite y sus  lámparas no se apagaron, estaban listas y partieron con el novio. Las que intentaron resolver en el último momento y no fueron precavidas, no pudieron entrar. ¡Que no nos pase! Y como Jesús advirtió: “que nadie os engañe”.

Rocío Salas