Florecer
- DevocionalesICBN
- 19 feb 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 mar 2022

FLORECER
Esta mañana me quedé asombrada con algo que yo pensé que era impensable: el inicio del florecimiento de un arbusto en el portal del edificio donde vivo. ¿A qué se debe mi asombro?, pues tendrías que ver que lo irriga cada día: las aguas internas que desechan los perros —sus orines—, los restos de cerveza de mis preciosos vecinos que al parecer no han encontrado un lugar más apropiado donde desecharlos, agua con desinfectante que yo misma le arrojo (para que no huela mal), escupitajos de chavales (pelaos, chinos), algunos desechos sólidos o deposiciones de las mascotas de quienes piensan que ese es el baño de ellos. Es decir, nada de vitaminas, o minerales o tierra abonada para que dicho árbol se sienta “mimado”.
Unas horas más tarde, vi con asombro —una vez más—, sobre una acera completamente rodeada de asfalto, un pequeño color verde que como un milagro asomaba entre milímetros de separación de los adoquines de la misma. No había cerca un jardín o césped, ni nada que hiciera que aquel diminuto "jardín" surgiera. Entonces, después de haber atraído nuestra atención el Señor nos habla... me dijo: “Yo puedo producir vida y hacer reverdecer y florecer algo en las circunstancias más inhóspitas”.
Él nos ha puesto sobre la Tierra, con todos estos organismos llenos de vida; para que nos sean motivo de reflexión de su obra. Si una planta puede florecer y dar frutos en condiciones adversas, porque dentro está preñada de un propósito y cumplirá su función de producir vida: renuevos, retoños, flores y aquello para lo que esté "programada"; pues eso es lo que lleva en su ADN y no lo puede evitar, ¿cuánto más nosotros que somos seres, creados a imagen de Dios?
El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.
Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.
Salmos 92:12-13
Permaneciendo en Dios en su presencia, floreceremos; sin importar nuestras circunstancias. Hemos sido redimidos para llevar salvación, para dar vida, para impactar nuestro entorno y En esto es glorificado mi Padre —dijo Jesús—, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos (Jn. 15:8). Por tanto, nos tenemos que olvidar de las excusas: "es que ahora no puedo", "no es mi tiempo", "no tengo trabajo", (o tengo demasiado trabajo), "no estoy de ánimo", etc.
El entorno no es quien debe dictaminar si damos o no frutos, sino el permanecer en la vid verdadera, en Cristo: Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (Jn. 15:4).
El Señor nos habló también que Él mismo nos sanará, mojará nuestra tierra y la hará fértil: Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos. Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. Se extenderán sus ramas, y será su gloria como la del olivo, y perfumará como el Líbano. Oseas 14:4-6
Él mismo —Cristo—, es la Vida; por tanto, no necesitamos más que su presencia en nuestra vida. Así que no importa cuán secos estemos, como la vara de Aarón vamos a reverdecer, florecer y producir frutos para Él.
Bendiciones, Rocío Ariza Salas








Me asombra tu inspiración y capacidad de ver a Dios en los detalles más simple de la vida
Amén
Amén 🙏
Amén!!!
Amén y amén. Que nuestra vida florezca y haga florecer a otros llevándolos a conocer a quién lo puede hacer, Jesús!!!