ESPERA, DAME UN MOMENTO
Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
1 Samuel 3:3-4
Buenos días familia, el Señor Dios Todopoderoso bendiga tu vida.
Samuel, una promesa de Dios dada a Ana, hecha carne y con propósito. Samuel, una promesa de Ana para Dios, que cumplió con su propósito.
Familia, todos sabemos que fuimos creados por nuestro Padre para cumplir un propósito en esta tierra , el cual es servir. ¿No sabes cuál es tu propósito? Empieza por entrar a la presencia del Señor y pedirle no sólo que te lo revele, sino que disponga tu corazón para comenzar a cumplirle, y a servirle.
Mi hermano, ¿cuántas veces nos ha llamado Dios mientras estamos distraídos haciendo algo secular, y le hemos dicho: espera ya voy, dame un momento que ahora estoy ocupado (a) o, por el contrario, hemos sido obedientes y le hemos respondido: ¡Aquí estoy Papá, heme aquí! ? Realmente no me imagino a nuestro Padre misericordioso dándonos esta primera respuesta ante nuestras peticiones.
Familia, usted antes de ser llamado(a) a ser ama de casa, empresario, padre, madre, abogado... Usted y yo hemos sido llamados a servirle nada más y nada menos a aquel ser maravillosos que nos creó, que se tomó un tiempo para diseñarnos, moldearnos y soplar vida sobre su hechura… No crees que, por ese “pequeño” detalle, deberíamos ser amables y no dejarlo en espera, y al momento de escuchar nuestro nombre, decirle: heme aquí Papá, ya estoy listo (a), ¿qué quieres que haga? Si claro, no es fácil, ¡pero es posible!
Si aún estamos dudando de nuestras capacidades, si estamos gastando nuestro tiempo por cumplir cosas del mundo secular, y no nos hemos dispuesto a servir, como por ejemplo en nuestra Iglesia, te invito para que juntos hagamos esta oración a nuestro Padre Celestial:
Papá, te debo todo lo que soy y todo lo que tengo, entra a mi corazón y saca todo aquello que no me permite servirte y ser ofrenda, perfume grato a tus pies, mírame con ojos de piedad y perdóname por tener tiempo para todo y menos para ti, o, por el contrario, ya haber escuchado tu voz y aceptado servirte, pero en ocasiones no lo hago con amor y entrega, así como a ti te agrada. Padre ayúdame a ser un Samuel, un servidor de tu casa, para tu casa y para esta sociedad que tanto lo necesita, amén.
Lorena Díaz Castilla
Amén amén Papá. Saca todo aquello que hay en mi corazón y no me deja servirte como tu quieres mi Señor!!!
Así hacemos muchas veces !!