DECLARA TU PROPÓSITO
Jabés fue más respetado que sus hermanos. Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: «Con aflicción lo he dado a luz». Jabés rogó al Dios de Israel: «Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción». Y Dios le concedió su petición. 1 Crónicas 4:9-10
Vemos aquí claramente la causa-efecto en la vida de una persona a través de un decreto derrotista, negativo y maldiciente. En esta historia, la propia madre de Jabes le puso una marca, declaró un destino de dolor, frustración, a causa de su proceso de parto, pero quien dirige nuestro destino es el Padre Celestial, Él predestina nuestra vida desde que estamos en el vientre.
“Tus ojos, vieron mi embrión y en tu libro se escribieron todos los días, que fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos”. Salmo 139:16
Esta verdad no la conocía la madre de Jabes, pues es un conocimiento demasiado elevado para alcanzarlo con sabiduría de hombre, se necesita de la sabiduría de lo alto, del Padre, de su omnisciencia. Esa sabiduría revela los misterios, uno de los cuales es el propósito. A Jabes se le muestra en medio de su clamor, de esa angustia, dolor, tristeza, y entra en lugares íntimos para buscar y poder ver materializarse ese propósito.
“Aunque ande yo en medio de la angustia, tú me VIVIFICARÁS, extenderás tu mano contra la ira de mis enemigos y tu diestra me salvará, tu cumplirás tu propósito en mí, no abandonas la obra de tus manos”. Salmo 138:7
Se necesita de toda humildad al momento de entrar a la presencia, para evitar juzgar o pedir que se haga como queremos, pues no deben ser nuestros planes. Es necesario llegar con un corazón humilde, quebrantado, reconociendo que somos hechura suya, su creación y que Él tiene nuestra vida en sus manos. El único que puede alinearla a su propósito es Él, pues es quien destruye los enemigos que nos han querido sacar del plan divino, para entonces ser vivificados, guardados y REDIRECCIONADOS al camino correcto; pues Él:
"Atiende al humilde, pero al altivo mira de lejos". Salmos 138:6
Jabes llegó al altar reconociendo y pidiendo a Dios que escudriñara su vida, para que todo decreto de maldición se destruyera, que fuera cambiado el nombre que le había dado el hombre y se levantara un nuevo nombre conforme al destino que Él había dado para su vida, es decir, buscó su transformación, restauración, realineación; por eso, pidió el FAVOR DE DIOS actuar en su vida.
Así como le ocurrió a Jabes, a quien pudieron haber dañado su propósito en la tierra, quizás te haya pasado a ti; pero es tiempo de levantarte con un corazón humilde, reconociendo que tus caminos se han desalineado y que necesitas de su poder para quebrantar toda obra de maldad y todo lo que ha querido desdibujar tu diseño y lo que tú eres para el reino.
No te quedes en el dolor, en la frustración, en el pecado; sino encamina tus pasos hacia Él, para que se cumpla lo que Él dijo de ti, desde la eternidad: eres creación perfecta, eres hijo, llamado con propósito, con un diseño establecido, para ejercerlo. Es tiempo de llegar a su presencia y pedir su favor, para que sea alineado lo que está torcido, y ser redireccionado hacia Él.
El enemigo quiere robar, pero cuando conocemos la verdad, somos verdaderamente libres, se alumbran nuestros ojos y ya no vemos la realidad como el final; sino sabiendo que hay algo hermoso preparado para nosotros.
Hay que llegar a su presencia sin orgullo, argumentos, o reclamos… Es con humildad, con acción de gracias, pidiendo sabiduría para discernir los tiempos en que se vive, para poder actuar en medio de ellos. Él otorgará lo que se está pidiendo ¿Sabes por qué?, porque estaremos alineados a su voluntad, y esta es buena, agradable y perfecta. Él cumple su palabra y nunca dejará de cumplirse, se establecerá y será como Él lo ha dicho.
Jabes llegó a ser el más ilustre de sus hermanos ¿cómo se explica esto? porque Dios transforma, cambia, muda los corazones; cumple propósito y nos lleva a lograr las cosas que nos eran imposibles, que con la fuerza humana no se podrían conseguir, pero con su poder lo logra hacer en nosotros.
Si lo crees, espera en Él y déjate direccionar en sabiduría, para que empiece a actuar en tu vida.
¡Eres llamado con propósito!
Bendiciones, Katherine Rodríguez - Pastora.
Amén