¿Cuándo encontrarás la perfecta?

                       ¿CUÁNDO ENCONTRARÁS LA PERFECTA?

Buenos días iglesia, cuando alguien te diga que encontró “la perfecta”, puedes estar seguro que son las emociones las que están hablando, porque esa no existe todavía. ¿Recuerdas haber oído eso de alguien súper enamorado(a); ese mismo(a) al que tiempo después escuchaste decir otras cosas sobre la misma persona? 

Hablemos de lo que ocurre con las iglesias locales: algunas personas andan brincando de un lado a otro como cabras, buscando “la perfecta”; por momentos dicen haberla hallado, luego viene el desencanto, el distanciamiento, porque se dieron cuenta que no era perfecta como imaginó. Pero también, hay ovejas que conocen la voz del Buen Pastor, la escuchan y le siguen cómo, cuándo y dónde él dice; allí son instaladas, liberadas, sanadas, protegidas, alimentadas, formadas y sobre todo, amadas en su rebaño, desde donde luego, son enviadas a servir.
Dejarnos llevar por las apariencias, emociones o conveniencias inmediatas, no es exactamente lo que más nos conviene; en cambio, seguir al Maestro es seguir al que lo envió  y hacer Su voluntad.

“La perfecta”” no existe; seguro, eso no existe. Hay unas bondades y también debilidades; el equilibrio lo da el que es la cabeza, el dueño de su Iglesia; ese, es Cristo.

Las cabras seguirán brincando de aquí para allá; las ovejas permanecen y fructifican donde se les dispuso desde lo Alto. La permanencia en lugar donde el Espíritu te instaló, es signo de obediencia al Señor y perseverancia en su amor, para realización de su propósito.
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Efesios 1:20-23

Somos miembros de una porción de la novia imperfecta, en manos del Perfecto.                                           
                                                                       
Edgardo Pabón Miranda