Cuando nuestra fe titubea
- DevocionalesICBN
- 15 mar 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 mar 2023

CUANDO NUESTRA FE TITUBEA
La definición de titubear es "dudar o estar indeciso sobre qué hacer o qué decisión tomar ante un asunto; sentirse perplejo en algún ámbito o vacilar, actuar sin firmeza".
Una fe fluctuante es producto de oraciones no contestadas, en realidad es consecuencia de falta de entendimiento de lo que Dios hace en nuestra vida.
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” Santiago 1:2,3.
Luego nos dice qué debemos hacer: “Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” Santiago 1:4-8.
¿Cuándo titubea nuestra fe?
Cuando nos dejamos gobernar por nuestros sentimientos y emociones, más no en la palabra de Dios. Por eso, la fe debe estar fundamentada en la Palabra.
Cuando permitimos que la razón, la lógica, tome nuestros pensamientos. La incredulidad y la fe no son compatibles.
Cuando no vemos actuar a Dios en nuestras circunstancias, creemos que todo lo que hacemos es necesario y Él, no ha respondido. Él esta formando tu carácter.
Cuando creemos que hemos esperado el tiempo suficiente para que se den las respuestas, hemos hecho todo lo necesario y no hay nada.
Cuando escuchamos consejos negativos de los demás.
Cuando no enfocamos en nuestros pecados, y hay tanta culpa que nos impide creer.
Recordemos que cuando nuestra fé titubee, es el Espíritu Santo el que nos ayuda, nos fortalece cada día para ser llenados de su presencia. Son ríos de agua viva en nuestro interior. Él también nos ayuda en nuestra debilidad.
"pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Pero el que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios." Romanos 8: 26-39.
Con amor, Katherine Rodríguez, Pastora.
Comments