Auto-medicación
- DevocionalesICBN
- 14 dic 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 dic 2021

AUTO-MEDICACIÓN
En la vida enfrentamos situaciones emergenciales a las cuales no estábamos preparados para enfrentar; por ejemplo: una separación no esperada, la muerte de un ser querido, la pérdida repentina del trabajo, un accidente automovilístico, etc. Todas estas situaciones causan un dolor agudo y profundo en nuestra vida que deberemos superar queramos o no.
El dolor físico es manejado con analgésicos que disminuyen la intensidad del mismo, a punto de tornarse imperceptible o tolerable; pero para que actúen adecuadamente debemos tomarlos de forma regular según la prescripción médica adecuada, pues cuando su efecto pasa reaparece el mismo.
Muchos aman recetar indiscriminadamente, sin conocer las consecuencias ni interacciones de los medicamentos, sólo hablan de la experiencia que tuvieron con cierto medicamento y nosotros los escuchamos y nos auto-medicamos. Esto también sucede, cuando en vez de buscar la ayuda adecuada, en vez de refugiarnos en Dios o hablar con las autoridades delegadas que son nuestros pastores y/o líderes; le contamos nuestros problemas a aquellos que no están preparados para ayudarnos y cuyo consejo será dictado por su experiencia personal.
¿Cuál ha sido el medicamento que hemos usado para mitigar el dolor causado por una pérdida o situación dolorosa?, ¿hemos recurrido al médico de médicos —Jesús—, para ser tratados por Él?
Hoy te invito a no auto-medicarte, sino a buscar a aquel que puede tratar el corazón roto y vendar las heridas, a descansar en el único que puede mitigar el dolor, secar las lágrimas y ayudarnos a sanar más rápidamente, a Jesús el Señor de Señores. ¡Confía en Él!
Él sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas. Salmos 147:3
Claudette Saade Miranda







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