¿A DÓNDE QUISIERAS MUDARTE?
Buenos días iglesia. Hay un deseo sembrado en el alma, queremos mudarnos a otra parte, bien sea de habitación, de casa, de barrio, de ciudad, de país, de continente y por ahí andan unos buscando agua en otros planetas; es un deseo persistente, irnos a otro lugar.
¿A dónde quisieras mudarte tú?
¿Has visto las olas migratorias? Van en busca de lo que dejaron de tener o nunca tuvieron, pero siempre en busca de algo; por ese sentir, afrontan todo tipo de vicisitudes, movidos por el propósito de llegar a donde creen estará su realización.
Lo anterior, es desde la perspectiva del hombre, porque somos movidos por una necesidad o por una ilusión que alguien depositó en nuestra mente; por eso, entre otros, nació lo que conocemos como "El Sueño Americano" como una vida ideal.
Pero... ¿Un hombre de fe, hacia dónde quiere mudarse, a qué lugar espera llegar algún día?
Dios me ha elegido como mensajero para anunciar Su Palabra, esa es la asignación que me dio, y esa cumplo.
La Iglesia (universal) ha ido destronando al Señor, reemplazándolo por un dios que satisface necesidades humanas, se ha ido desdibujando la imagen de Dios, del Redentor, del Salvador; le hemos ido restando peso a lo que en sí es Él, a Sus promesas. A propósito... ¿Qué promesas has recibido de Dios? - ¿Esperas el cumplimiento de Sus promesas? - ¿Dónde crees que será tu morada eterna? - ¿Crees en las promesas que Él hizo plasmar en Su Palabra? - ¿Tiene algún significado para ti, la Nueva Jerusalén; te interesaría vivir allí, o te es indiferente?
Mis hermanos, somos ciudadanos del Cielo, de paso por esta tierra, eso somos, nuestro fin último no es un pequeño lugar en un cementerio, puede que por ahí pasemos, pero ese no es el destino final de un salvado por Jesús, de un nacido de nuevo.
El arrebatamiento de la Iglesia no debe ser un evento que produce miedo, por el contrario, debemos anhelarlo. La nueva Jerusalén es para nosotros, lo malo es quedarse fuera de ella, porque escrito está en el Capítulo 21 del libro del Apocalipsis, cuál es nuestro verdadero destino, y sobre todo qué hacer para llegar a él.
Como preámbulo te entrego:
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”
Apocalipsis 21:1-7
¿Te diste cuenta de que estamos hablando?
Recuerdas que, muchos son los llamados y pocos los escogidos ... Espero estar en el segundo grupo. Reconozco a LA NUEVA JERUSALÉN como mí destino final para estar junto a ABBA y al CORDERO.
Mi Sueño no es el Americano, ni el del poder para prevalecer sobre los otros, el mío es el Celestial, no me lo inventé yo, me lo dijo Papá, dejó constancia permanente de ello en Apocalipsis 21, trabajo en eso. He tenido picos altos y también bajos en la tarea dejada para llegar hasta allá, no deja de resonar en mi alma que, las columnas que soportan el muro que encierra la Nueva Jerusalén, llevan los nombres de los doce Apóstoles, y sus zapatas están hechas de piedras preciosas.
¡Que privilegio será estar ahí! ojalá nos encontremos allá, mientras tanto, seguimos trabajando con mucho ánimo, como obreros del Cuerpo de Cristo.
¡De Su mano, con el Espíritu venceremos!
Edgardo Pabón Miranda
Amén 🙏
Hay Promesas Temporales y Promesas Eternas, si buscamos las segundas, las primeras nos son añadidas; la fórmula celestial es así, porque si vamos exclusivamente por las Temporales, hasta la podremos ver, pero después creerás que fue por méritos propios y lo más probable, es que nos olvidemos del que nos las dió y cumplió, del que las anunció, pero no entendimos que eran para que estuviésemos mejor, mientras logramos las PERMANENTES.