Eres un escogido... ocupa tu posición

ERES UN ESCOGIDO… OCUPA TU POSICIÓN.

Él que te escogió y no se equivocó contigo.

“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” 
1 Corintios 1:27-31.

La elección de Dios está vinculada a un propósito especial, y si Dios te llamó, te separó, te eligió, te predestinó, te escogió. Tu destino final debe ser glorioso y victorioso. Es imposible que sea lo contrario porque Dios nunca se equivoca.
 
Aunque sientas que no estás capacitado para ejercer la posición que Él tiene asignada para ti en cualquier rol, donde debas desempeñarte, ten por seguro que si Dios te escogió a ti, es porque vio las capacidades, dones y talentos para poder ejercerlo.

Lo que no puedes permitir, es que esa posición que Él tiene escogida para ti, otros la ocupen, porque muchos quieren usurpar, quitar, anular, pasar por alto, revocar la decisión de Dios sobre ti. Por eso buscarán menoscabarte, quitarte el brillo, avergonzarte, murmurar de ti, maldecirte.

Pero lo que Dios bendijo, nadie lo puede maldecir. No te dejes intimidar, no les entregues tu herencia a otros, no permitas que el Diablo te humille a través de otros. Valora quién eres, porque es tiempo de usar la posición de reino que hay en ti.

Hay muchos ejemplos en la Biblia de hombres y mujeres de Dios que el Enemigo quiso quitarles lo que les pertenecía. Empezamos este día con lo que vivió Mefiboset:

Perdió la posición del reino por lo que arrastraba de su familia. Mefiboset era el primogénito, un hombre que nació sano, pero a causa de la pérdida de sus padres, abuelos y familia, lo dejaron al cuidado de alguien, y esa persona lo dejó caer desde pequeño, dejándolo lisiado y abandonado. Perdió herencia, apellido, todo, hasta llegar a vivir en un lodebar, un lugar sobrio y oscuro. Descendió a los lugares más bajos, no le importaba la vida. Se creía un perro muerto. Por eso, cuando lo llama David para honrarlo, él no se lo cree, se creía ya muerto. Él era un escogido por Dios, por eso, aunque vivió tantas situaciones tristes, el Señor lo llamó, lo rescató y lo bendijo, ocupando el lugar que le pertenecía desde que había nacido (2 Samuel 9).

En esa restitución y restauración, tu generación también recibe, por eso, el hijo de Mefiboset, Mica, también recibió los privilegios a los que ahora tenían derecho como herederos de la familia real de David. 
Dios corta toda maldición que arrastras de tu familia, todo aquello que te ha impedido cumplir el diseño de Dios por culpa de padres que te abandonaron o por cicatrices y marcas del pasado. Aunque hayas perdido todo y te sientas insignificante, Dios te sacará de ese lugar oscuro y te llevará a la mesa de los príncipes.

Eres seleccionado por Dios para ocupar la posición correcta. Es el momento de ser restituido a la posición que te pertenece. Lo que el Enemigo quiso robarte, te será devuelto. Serás restituido. Dejas atrás la oscuridad para sentarte a la mesa de los príncipes.

Con amor, P. Katherine R.